viernes, 6 de junio de 2014

El problema

 

El problema es que no vamos a resolver los problemas, o mejor dicho "ellos no van" a resolverlos. El problema es que nadie quiere arreglar este desastre y que "ellos" tienen otros problemas de los que ocuparse ahora mismo. Se crean leyes inútiles para tranquilizar a la opinión pública, como la que "regula" los desahucios, que no sirven para nada, son inaplicables, pero llenan titulares. Se sueltan discursos vacíos llenos de falacias ("recuperación", "salida del túnel") para que la prensa, al unísono, los repita copiando y pegando. Se miente directamente sin consecuencias políticas ni penales (caso Bárcenas, negación de que haya hambre en los colegios madrileños... todo es parte de la misma desesperación de la clase política), se delinque pero no pasa nada con la connivencia de todo el sistema puesto en pie de guerra (Rafael Blasco, un delincuente repugnante, se salva de la cárcel gracias a que alguien le ha regalado una fianza irrisoria), o se juega al burdo "y tú más" entre los dos partidos en el poder, creyendo que así, aturdiendo, se llega a algo. Y todo sigue igual, porque el problema, causado por los que están organizando el país, y no son sólo este gobierno incapaz, sino aquellos a los que sirve, no deben de ser tocados a pesar de que su sistema, su casta, se derrumban.

Un anuncio televisivo me ha llamado la atención estos días. Un chico, supuesto experto informático dice a la cámara que por mucho que sabe (de informática, supuesto ejemplo de "tecnología difícil"), es incapaz de entender su propia declaración de la renta. Eso sirve para que las Asesorías, felizmente colegiadas, se publiciten. El sistema parasitario que se come un cuerpo podrido.


Las declaraciones de hacienda son ininteligibles porque el sistema quiere que así sea, pero eso nadie lo discute. Porque ese estado de cosas ayuda a sus gremios, y a los parásitos que cuelgan de ellos. La solución es resolver el problema cortando la raíz: desarrollar declaraciones de hacienda comprensibles, llenas de ayudas a la cumplimentación y con un lenguaje claro. Pero no, eso no se contempla. Porque el problema no es la declaración ininteligible; es un sistema que se sustenta en que lo sea.

Y el anuncio muestra, descarnado, el estado de las cosas: una "Colegiada" nos informa de que ellos sí entienden el lenguaje gremial de Hacienda, y, por un precio módico, te rellenarán la declaración.

Estos oportunistas están por todos lados cuando el sistema se derrumba, y pelean por sus privilegios, pues están entre los beneficiarios de que, por ejemplo, una persona normal y medianamente inteligente no sea capaz de entender un impreso de su declaración de hacienda. Y suma y sigue: notarios, registradores de la propiedad, administradores concursales... Es como la primera oleada de escarabajos que da cuenta de un cadáver fresco.


Y seguiremos igual, con esta legión de gobernantes dedicando todo su tiempo a apuntalar la estructura que se les viene encima hasta que se caiga de puro podrida. El cuerpo ya está muerto, y ellos serán los últimos en darse cuenta.

Y eso no evitará que quede todo el trabajo por hacer, porque nadie se enfrenta aún al problema: el reset de este Estado fallido que es España.

Las imágenes que he usado para ilustrar este artículo son capturas de pantalla del anuncio al que aludo. Las reproduzco acogiéndome al derecho de cita bajo supuesto de fair use.

Exposición abierta hasta julio.

Mi exposición fotográfica "El Risco: la montaña habitada" sigue abierta hasta julio en la Sala MAPFRE Ponce de León,  C. Castillo,...